Por múltiples razones, un día se nos presenta la necesidad de convivir con una mascota. En principio, es una experiencia enriquecedora para ambos.
La mayor parte de los futuros propietarios, ante la decisión de adquirir un nuevo cachorro, desconoce los principios elementales necesarios para la correcta selección de la mascota, un ser vivo que pasará a ser un integrante más en la familia.
Sólo se suele considerar la necesidad personal, sin tener en cuenta todo lo que implicará este nuevo amigo.
Una acción impulsiva, caprichosa y en la que no ha intervenido el criterio profesional de un veterinario, tiene como resultado perros abandonados, relegados, sometidos a eutanasia, que representan una fuente de conflictos o problemas en el seno familiar desencadenados por acciones propias de una especie ajena a la nuestra: morder, ladrar, fugarse, robar, tener miedo, etc. Se trata de incidencias con solución que se originan desde el primer día.
El veterinario como guía
El especialista en salud animal sabe cómo establecer el proceso de selección. Él mejor que nadie va a interpretar tus requerimientos y expectativas, brindándote la información y los pasos para una correcta inserción de tu futuro compañero en la familia, además de cómo disfrutarlo plenamente.
Un cachorro no viene programado para realizar determinadas tareas adecuadamente, sino que su comportamiento y el desarrollo de sus aptitudes dependen del medio en el que se desarrolla.
Dichos comportamientos son resultado del aprendizaje que ha recibido desde que nació, del desarrollo de su sistema nervioso central en un 80% y de su morfología en un 20%, independientemente de la raza. Si tu nuevo cachorro es comprado a los 2 ó 3 meses, los cuidados que deberás prodigarle para una correcta inserción en la familia varían: imprintig, socialización, jerarquización, inhibición de la mordida, etc. Cerciórate de que tu adquisición ha estado en un medio hiperestimulante rodeado de adultos y jóvenes que le han cuidado desde su nacimiento, además de otros perros y animales, ruidos, espacio, etc.
Tomar conciencia del compromiso
Recuerda tomar en consideración el tamaño y el peso de tu futuro can ya que, dependiendo de estos dos factores, las necesidades que deberás cubrir serán más o menos costosas.
Hay que pensar en el espacio mínimo requerido para dormir, para moverse con fluidez por la casa, para jugar, así como conceptos esenciales como la alimentación, cepillado, vacunas, predisposición a determinadas enfermedades, ejercicio, etc.
Consulta a tu veterinario de confianza antes de comprar un perro: este profesional es el mejor consejero para elegirlo, sean cuales sean las circunstancias que te lleven a tomar esta decisión tan importante para el futuro de ambos. Ten presente que es tu responsabilidad.
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